DE UN ERROR Al HORROR.

Hace algunos años estuve en un concurso de ortografía y gramática, aún me provoca risa pensar que fui eliminada en la primera ronda, pues tenía pésima ortografía. No digo que sea perfecta ahora, pero eso me hizo valorar más la gramática, ya tenía esa sed por leer libros en ese entonces, pero a partir de ese momento empecé a prestar más atención en la forma en que otros escribían, en la forma en que utilizaban las palabras, cuantas oraciones por párrafo y otras cosas más. 

No creo ser perfecta ahora, aun me falta mucho por aprender, pero creo que aprendí de esa caída, de ese error. En nuestra vida como seres humanos vamos a cometer errores, y no pocos, muchos. En cada etapa de nuestra vida y van a ser diferentes. Pero si sabemos enfrentarlos y aprender de ellos, al final veremos cómo esos errores fueron el inicio de una gran enseñanza.

También hay algunos errores de los que nos vamos arrepentir toda nuestra vida, errores que se convierten en horrores. 


Cuando pienso en la negación de Pedro, y pienso en cómo pudo haberse sentido?. (Mateo 26: 69-75). Pero qué pasaría con Pedro y esa experiencia años después?. Será que él se seguía recordando de eso? o será que él lo olvidó?. No lo sabemos, lo que sí sabemos, es que Jesús le dio la oportunidad de decirle que le amaba tres veces, a lo cual llaman “La restitución de Pedro”, (Juan 21:15-19). Pero de lo que sí estoy segura es que Pedro aprendió su lección.

Tenemos otro ejemplo con Moisés, él sirvió a Dios y al pueblo de Israel, por muchos años , fallo muchas veces, y se levantó, pero al final uno de sus errores tuvo una consecuencia grande. Por desobedecer a Dios no se le permitió entrar a la tierra prometida.


Es verdad que todos cometemos errores algunos que se convierten en horrores, otros que dejan de tener importancia. La vida es un sin fin de decisiones a diario, y es una constante lucha por siempre hacer lo correcto.

No sé qué decisiones tengas que tomar hoy, no se que errores hayas cometido últimamente, pero lo que sí te puedo decir es, no permitas que ese error se convierta en una historia de horror, no permitas que esa falta salga de tu vida y te deje como antes, cambia, aprende, recuerda, pero perdónate por haber cometido ese error.

                           
Cada día pidámosle a Dios que nos guíe, aun cuando cometamos errores y así podremos aprender y sacar algo bueno de ello, pues esa es la voluntad de Dios.

Los errores cumplen su propósito cuando aprendemos de ellos y no dejamos que nos vuelva a ocurrir, pero si nos pasamos sufriendo con el “que hubiera pasado si yo no…” o si nos compadecemos a nosotros mismos por lo que nos sucede, ese error se va a convertir en un horror que te va acompañar el resto de tu vida, y no te dejará avanzar y tampoco te dejará aprender.


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